El Papel del Psicólogo en la Evaluación y Diagnóstico: Un Compromiso con la Calidad y la Precisión
El Papel del Psicólogo en la Evaluación y Diagnóstico: Un Compromiso con la Calidad y la Precisión
J. David Salas G. | Director general
24 de diciembre de 2024
La reciente aprobación de la ley que reconoce el papel del psicólogo en el diagnóstico de trastornos de salud mental en el Perú marca un hito en nuestra profesión. Esta legislación no solo valida años de esfuerzo y práctica clínica, sino que también nos desafía a perfeccionar nuestras competencias y garantizar un trabajo riguroso y basado en la evidencia. Pero, ¿qué implica realmente este reconocimiento y cómo podemos asegurarnos de estar a la altura de las expectativas?
Por ejemplo, podemos recordar cómo la evolución de la psicología en las últimas décadas ha llevado a una mayor participación en equipos interdisciplinarios de salud, transformando la manera en que se aborda el diagnóstico y tratamiento de trastornos mentales.
...el psicólogo aporta un análisis profundo del funcionamiento cognitivo y emocional del paciente...
Desde hace décadas, los psicólogos hemos jugado un papel fundamental en la identificación de trastornos como el TDAH, los trastornos del espectro autista y los trastornos de ansiedad. Sin embargo, este trabajo a menudo se realizaba en segundo plano, proporcionando datos esenciales para que otros profesionales emitieran un diagnóstico final. Hoy, con la nueva legislación, somos oficialmente responsables de participar activamente en el proceso de diagnóstico formal.
Esto implica no solo aplicar herramientas diagnósticas, sino también integrar los resultados con información obtenida a través de entrevistas clínicas, observaciones y colaboración interdisciplinaria. Por ejemplo, en un equipo de salud mental que incluye psiquiatras, neuropediatras y terapeutas ocupacionales, el psicólogo aporta un análisis profundo del funcionamiento cognitivo y emocional del paciente, enriqueciendo el diagnóstico final.
Uno de los mayores retos que enfrenta nuestra profesión es el uso de pruebas psicológicas desactualizadas o inadecuadas. Muchas veces, por falta de recursos o conocimiento, seguimos aplicando tests que no reflejan los estándares actuales de validez y fiabilidad.
Por ejemplo, herramientas como el Raven y el Stanford-Binet en versiones obsoletas continúan siendo utilizadas, a pesar de que existen versiones más recientes y adaptadas. Entre las herramientas modernas, se destacan la WISC-V y el Vineland-3, que ofrecen resultados más precisos y alineados con los criterios diagnósticos actuales. Estas pruebas no solo permiten una evaluación más confiable, sino que también facilitan la comunicación de resultados a otros profesionales y familiares.
Además, el juicio clínico, aunque valioso, no puede ser el único sustento para un diagnóstico. Como señala Daniel Kahneman en su libro "Pensar rápido, pensar despacio", el juicio humano puede ser susceptible a sesgos. Por ello, es fundamental complementarlo con medidas estandarizadas que respalden nuestras conclusiones. Esta combinación de juicio clínico e instrumentos objetivos fortalece nuestra credibilidad y calidad profesional.
Para responder a las demandas actuales, es esencial que:
Estudiemos y actualicemos constantemente nuestros conocimientos sobre los manuales diagnósticos y los avances en la investigación psicológica. Participar en programas como cursos avanzados en neuropsicología o talleres especializados en el uso de herramientas como la ADOS-2 para diagnóstico de TEA puede marcar una gran diferencia.
Utilicemos herramientas actualizadas y adecuadas al contexto cultural y social del paciente. Si bien no todas las pruebas cuentan con adaptaciones locales, podemos optar por las versiones internacionales más recientes y validadas. Por ejemplo, la adaptación chilena de la WISC-V ofrece un modelo a seguir para otros países de la región.
Fortalezcamos nuestras competencias clínicas mediante la participación en cursos, talleres y programas de posgrado que nos permitan dominar técnicas avanzadas de evaluación y diagnóstico. Además, desarrollar habilidades para interpretar los resultados de pruebas en el contexto de la vida cotidiana del paciente mejora la pertinencia de nuestras intervenciones.
La nueva legislación es una oportunidad para demostrar que los psicólogos estamos preparados para asumir un rol protagónico en el diagnóstico de trastornos mentales. Sin embargo, con esta responsabilidad también viene el deber de actualizarnos, investigar y colaborar para garantizar que nuestras evaluaciones sean precisas y beneficiosas para los pacientes.