El problema de la edad mental en la Entrevista para el Diagnóstico de Autismo - Revisada.
El problema de la edad mental en la Entrevista para el Diagnóstico de Autismo - Revisada.
J. David Salas G. | Director general
10 de enero de 2023
La Entrevista para el Diagnóstico de Autismo - Revisada (Autism Diagnostic Interview - Revised), ampliamente conocida por sus siglas en inglés ADI-R, es una de las herramientas más reconocidas en el diagnóstico del Trastorno del Espectro Autista (TEA). Este instrumento presenta varios aspectos relevantes que vale la pena discutir, como el hecho de que se basa en la cuarta edición revisada del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-TR), mientras que en la actualidad la mayoría de clínicos trabajan con el DSM-5 o el DSM-5-TR. No obstante, este punto se abordará en un escrito posterior.
...el concepto de edad mental ha sido duramente criticado en la evaluación de la inteligencia...
Un aspecto que sigue generando controversia en el ADI-R es el concepto de “edad mental”. En la segunda edición revisada del manual en español, publicada en 2011, la ficha técnica indica que el ámbito de aplicación de la entrevista es: “cualquiera, siempre que la edad mental del sujeto evaluado sea mayor a los 2 años”. Esta indicación ha generado confusión entre los profesionales, ya que el concepto de edad mental ha sido duramente criticado en la evaluación de la inteligencia, y los test psicométricos actuales ya no lo utilizan. Aunque existen diversos argumentos para exigir una actualización del instrumento, el manual brinda algunas pautas para manejar esta situación.
Según el manual oficial, en la sección de normas de uso, la entrevista proporciona resultados válidos cuando se aplica a personas con una edad mental superior a 2 años y 0 meses. Sin embargo, también se aclara que el instrumento ofrece descripciones satisfactorias y fiables de la conducta de niños con una edad mental inferior, aunque la validez diagnóstica es limitada por las siguientes razones:
Los cuidadores suelen percatarse de los síntomas de autismo después de los 18 meses, e incluso algunos solo lo hacen a partir de los 2 años.
Los cuestionarios de cribado creados para identificar indicadores de autismo antes de los 18 meses han generado muchos falsos negativos, descartando el trastorno en niños que posteriormente cumplen los criterios diagnósticos.
La mayoría de las conductas indicativas del autismo no se manifiestan claramente hasta los 2 años.
El diagnóstico de TEA se basa en dificultades que son difíciles de diferenciar de retrasos o deficiencias en el desarrollo general. Por ejemplo, el juego de simulación no se desarrolla hasta los 18 meses, por lo que su ausencia no es un buen indicador diferencial.
Es interesante notar que, aunque inicialmente se menciona la edad mental, posteriormente el manual parece referirse a la edad cronológica. Nuestra interpretación es que el instrumento se recomienda para personas con una “edad mental mayor a 2 años”, mientras que los argumentos sobre las limitaciones de fiabilidad y validez se refieren a la edad cronológica muy temprana.
Además, el manual señala que el ADI-R puede utilizarse para describir conductas de niños y adultos de cualquier edad, pero advierte que los algoritmos diagnósticos no tienen necesariamente el mismo significado para quienes poseen una edad mental inferior a los 2 años.
...puntajes de “edad equivalente”, que podrían confundirse como una versión actualizada de la “edad mental”...
En la actualidad, casi no existen test de inteligencia que brinden una “edad mental”. Los test más reconocidos, como las escalas Wechsler (WPPSI-IV, WISC-V), el Stanford-Binet 5º (SB 5), el Test de Inteligencia No Verbal (TONI-4) y las Escalas Reynolds (RIAS), proporcionan resultados como Cociente de Inteligencia, índices compuestos o índices de inteligencia general. Algunos de estos instrumentos incluyen puntajes de “edad equivalente”, que podrían confundirse como una versión actualizada de la “edad mental”. Sin embargo, los manuales de estos test recomiendan usar dichos puntajes con cautela, ya que podrían generar confusiones o resultados inexactos.
Ante esta situación, el ADI-R sugiere el uso de escalas de desarrollo y conducta adaptativa como herramientas de cribado para estimar el nivel de desarrollo. Algunas opciones recomendadas incluyen:
Herramientas de desarrollo: El Perfil del Desarrollo (DP-3 en español y DP-4 en inglés).
Escalas de conducta adaptativa: Las Escalas de Conductas Adaptativas de Vineland III (VABS-III) y el Sistema de Evaluación de Conducta Adaptativa (ABAS-3 en inglés y ABAS-II en español).
Estas herramientas, que permiten la heteroevaluación a través de cuidadores, padres o profesores, ofrecen puntuaciones globales útiles para complementar la aplicación del ADI-R.
En conclusión, hemos ofrecido sugerencias, argumentos y precisiones respecto al ámbito de aplicación del ADI-R y su relación con la edad mental. Invitamos a los lectores a profundizar en el estudio de este instrumento y las herramientas complementarias mencionadas.